Y como no el gran protagonista en la misa de peregrinos, incensario enorme inventado en épocas en las que no existía el desodorante, para hacer mas llevadero lo de los olores corporales, además de lo propio del culto de la Iglesia.
Todo el mundo que va a Santiago, bueno, casi todo el mundo, pasa a dar el abrazo al Santo y después a visitar la tumba del Apóstol, siempre hay cosas que pedir.
Esta cara se le quedó cuando se enteró que se terminaba ayer el Año Santo y hasta dentro de de 11 años, el 2020, no podrá volver a entrar por la Puerta Santa. de todas formas el que quiera hacer el camino, igual se puede hacer, y tal vez un poco mas tranquilo que en Año Santo.